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sábado, 3 de enero de 2015

LA SANTIDAD

LA SANTIDAD


                                     HILDA DE VILLEGAS



La Santificación es el propósito que Dios tiene para nuestras vidas…

La Voluntad de Dios es vuestra santificación...












Introducción


                                       ¿ Qué es la Santidad?

Santidad: Separación o distinción, lo que es reservado o separado para Dios.

La Santidad de Dios de acuerdo a la revisión bíblica, es una cualidad de Dios y del Espíritu de Dios, lo que significa que Dios es Santo.

Es una virtud indispensable que tiene que poseer todo creyente, este debe ser caracterizado por la santidad.

También se le da santidad como atributos a algunas cosas, lugares, objetos y Días.

Pero vamos a ver la Santidad según Isaías capítulo 6 verso 3 al 7.


Santo, santo, santo.


“Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra esta llena de su gloria.

Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.

Entonces dije: ¡Ay de mí! Que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al rey, Jehová de los ejércitos.

Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con el sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.”

En Isaías, cuando él tiene el encuentro con el Señor, inmediatamente ve una respuesta de esos serafines que empiezan a decir Santo, santo, santo Jehová de los ejércitos.

Imagínense en la presencia del Señor y que vengan ángeles  a decirnos Santo, santo, santo. Me imagino a Isaías en ese momento viendo su naturaleza de pecado porque el dice ¡ay de mi!, que soy muerto, porque siendo hombre de labios inmundos, han visto al Rey Jehová de los ejércitos.

Entonces cuando Isaías esta delante de la presencia del Señor, los serafines le hacen ver a Isaías lo grande y poderoso que es estar en una presencia del Santo de santos y Señor de señores, y el dice eso, exclamando que él, era un hombre inmundo de labios. Entonces para estar en la presencia del Señor; Hay que estar limpios.


La Presencia del Señor


En el antiguo testamento vemos que los Reyes, los profetas y los Sacerdotes, eran los que estaban en la presencia del Señor. Acá también podemos ver como Isaías estaba en la presencia y tenia que ser purificado, porque para nosotros estar delante de la presencia del señor, tenemos que estar purificado. 

Y veía como el Señor había actuado con Isaías que tenia que ser limpio; Borrarle la iniquidad del pecado que tenia Isaías para permanecer en la presencia y el Señor obrar en Isaías lo que Él quería. Es por eso que hace ese toque santo en los labios de Isaías.

Nosotros vemos que en el antiguo testamento hay mucha información acerca de lo que el Señor quería actuar, y darle un mensaje a la humanidad, sin embargo lo más lindo de la santificación es, que así como por Adán entró el pecado a mundo, nosotros somos santos por Jesucristo.


La obra del Espíritu Santo


Nosotros tenemos que entender que la santificación es una obra que pertenece al Espíritu Santo, así como la salvación no la podemos alcanzar por nuestras fuerzas, la santidad tampoco la podemos alcanzar por nuestras fuerzas. 

No es que yo me valla a proponer ser santa, eso es lo que nos esta enseñando ese pasaje bíblico. Tuvo que venir la mano de Dios a través de sus serafines y tocarle, para ser limpio a Isaías.

 Asimismo vino Jesucristo al mundo para limpiarnos de todo pecado y para ser de nosotros, un sacerdocio limpio, puro, que ande delante del señor y su presencia. Y de eso se trata este mensaje, de ese sacrificio que hizo Jesús en la cruz del calvario, ese sacrificio lo hizo el Señor para que nosotros tengamos vida y vida en abundancia, pero hay, algunas cosas que si dependen de nosotros.


Ser santos


Dice: Ser santos es purificarte, poner aparte para Dios, es la santificación. Lo que significa que alguien hizo que nosotros fuéramos santos, este fue Jesucristo, quien cargo nuestras culpas, el que borró todos nuestros pecados con su sangre. 

Tenemos que entender que Jesucristo allí dio su vida para limpiarnos de nuestros pecados. Porque es maravilloso ver como el señor dice que nos toma como barro en sus manos y comienza a formarnos y después soplar ese aliento de vida sobre nosotros y decirnos que somos su imagen y su semejanza.

Tenemos cualidades divinas que fueron robadas por el enemigo cuando Adán pecó, y eso lo tenemos que entender, yo creo que la tristeza mas grande que Jehová Dios tubo, fue cuando Adán y Eva pecaron, fue que se apartaron de su presencia, fue que echaron por el piso la grandeza de la perfección de nosotros como creatura, porque Dios no se complació cuando hizo los arboles, cuando hizo los animales, no. 

Él se complació cuando hizo al hombre, y se identificó tanto, que lo hizo para que nosotros tuviéramos comunión con él, porque dice la palabra que aun los ángeles, aun los serafines no pueden estar en comunión con el padre. Solamente ese privilegio lo tenemos nosotros, amén por eso. 

El privilegio de ir a que nuestro padre, y de que nuestro padre vuelva a tomar ese barro, y nos vuelva a moldearnos conforme a lo que Él quiere en nosotros.


Sin santidad nadie verá al Señor


Yo veía como el Señor puede volver a tomar barro, y volver hacer la obra, una y otra vez, una y otra vez, por eso es que para el no hay nada imposible. Él vuelve hacer el órgano que nosotros queremos o que tenemos afectado, Él puede cambiar ese pensamiento que nos perturba, que nos roba el sueño. 

Él puede quitar aquello que te esta molestando, llámese enfermedad, trabajo, porque a veces es mucho mas la carga que el beneficio.

Y este es el fundamento de este mensaje. Cómo el Señor quiere tu santificación, porque a través de la santificación dice la palabra, que sin santidad nadie verá al Señor. Es un requisito para nosotros ver al Señor.
Dice la palabra en Levítico 11:44-45. Que la santificación no es algo que yo quiero, sino que es un mandato.


La santificación es un mandato


¿Cuantos sabemos que la santificación es un mandato de Dios? 

Es un mandato de Dios, nosotros estamos llamados y obligados a ser santos, es un mandato porque el quiere que nos encontremos en la vida eterna, entonces dice:

“Porque yo Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificareis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que e arrastre sobre la tierra.

Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo.”

Otra vez él vuelve a darnos esa característica que Él hizo cuando nos formó. Y que  Adán permitió que el enemigo nos las robara, a través del pecado. Porque el pecado es el único que nos roba la santidad.

Nosotros tenemos que entender que somos alma, cuerpo y espíritu. Pero para nosotros llegar al espíritu que es la parte mas profunda de nuestro ser, tenemos que pasar por nuestro cuerpo y nuestra alma, y si nuestro cuerpo y alma no se sujetan al Dios altísimo, mucho menos el Señor puede obrar en nuestro espíritu.

 Por eso es que nosotros cuando aceptamos a cristo, lo confesamos, Él entra y el Espíritu Santo entra a morar en nuestras vidas, pasamos a ser templos y moradas del Espíritu Santo de Dios. ¿Por qué? Porque la santificación aunque es un mandato, no la podemos lograr por fuerzas propias.

Dice también en I Pedro 1. 15-16. Sed también vosotros santos, en toda vuestra manera de vivir.

“Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito esta: Sed santos, porque yo soy santo.”


Llamados a ser santos


Cuando leía esto decía: yo si estoy lejos de tu santidad. Porque es tan fuerte verdad, pero el Señor nos dice que esa es nuestra cualidad, sed santos porque yo soy Santo, yo puse mi Santo Espíritu en ti, y lo dice su palabra, nosotros estamos llamados a ser santos, pero ¿santos para que?

Santos para apartarnos del mundo, santos para no contaminarnos, eso es ser santos, porque dice que santo es algo apartado, que no tiene contaminación, algo que no tiene pecado. Y yo me pregunto:

¿Cómo yo voy a ser santo dentro de un mundo en donde cada momento abrimos nuestros ojos, lo que hay es pecado, lo que hay es carne?

 Pero es que allí es donde esta la santificación, porque el quiere que nosotros seamos esa luz para el mundo, esa sal de la tierra, pero sin santidad nadie verá al Señor.

Dice la palabra que el mundo desea ver la gloria de Dios, porque nosotros necesitamos apartarnos un poco y de eso vamos a hablar.

Nosotros tenemos que esforzarnos por vivificar, aminar el Espíritu Santo que Dios puso en nuestras vidas, porque así como el Espíritu Santo se contristan, asimismo se vivifica.


Necesitamos apartarnos un poco


La palabra de Dios nos dice en Romanos  8.1.

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para os que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

Por cuanto los designios de la carne de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según no pueden agradar a Dios.

Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él.

Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad esta muerto a causa del pecado, más el Espíritu vive a causa de la justicia.

Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;

Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”


Gloria a Dios por esta palabra, lo primero que tenemos que entender que la ley del Espíritu de vida esta en Cristo Jesús, la ley del espíritu de vida esta en Cristo Jesús, y aquellos que hemos reconocido a Jesucristo como Señor de nuestras vidas, el Espíritu Santo dice la palabra, que debe morar en nuestras vidas y pasamos  hacer sacerdocio, pueblo santo, escogido por Dios.

Es la promesa de Dios, ya no necesitamos otro intercesor más que el Espíritu Santo que nos lleve al Padre, a través de su hijo amado Jesucristo.

Es maravilloso entender que todo creyente puede llegar a Dios sin hacer sacrificio, porque primeramente él nos escoge, él nos hizo sus criaturas, nosotros somos comprados a precio de sangre, el precio que pago Jesucristo por nosotros es muy alto, y nosotros no podemos vivir como vive el mundo, y allí esta la santificación, la santificación esta en que yo pueda ayudarme a mi misma, orando, disponiendo nuestro corazón, porque si no, él no va a obrar, entonces es allí donde esta el compromiso con Dios por parte de nosotros.


Yo tengo que decidir


Hay un compromiso de decirle al mundo, yo no puedo ser adicta al mundo, allí esta la diferencia, tener tiempo para aquel que me creó, y obre en mi vida, el no va a buscar la santificación en nosotros así como la fotosíntesis, no eso no es así, o por osmosis que un cuerpo pasa a otro cuerpo, tampoco es así, es un encuentro personal, es algo que tu tienes que decidir, yo tengo que decidir, si yo veo televisión, veo la novela o si me aparto un rato par hablar con mi Dios.
Yo tengo que decidir si Dios me va a ayudar, para dejar un cigarrillo, yo tengo que decidir no comprar más cigarrillos.

Es tan fuerte lo que es la santificación que las escrituras nos dice que tenemos que apartarnos, no tocar nada impuro, porque así era el pueblo levita, esa tribu, como estaba apartada para el Señor, ellos no podían tocar nada inmundo, entonces yo decía, Señor, entonces así yo no puedo, porque para empezar, yo no tengo esa naturaleza de santidad, o si la tengo pero a través del su Espíritu Santo. 

Pero no la tengo en mi carne, ni la tengo en mi alma, la tengo dentro de mi espíritu, pero para que ese Espíritu Santo obre en mi carne y es allí donde va el mensaje, yo soy la que tengo que darle autoridad, yo soy la que tengo que decirle a mi cuerpo como vestirse, decirle a mis labios como deben hablar, tengo que aprender a dirigirme, porque tengo que entender de una ves por todas que somos templos vivos del Espíritu Santo de Dios, y que no puedo hacer con mi vida lo que me de la gana, no podemos seguir viviendo distraídos, como lo dice Santiago, como las olas del mar, que van y vienen, con doble animo, no.

Tenemos que aprender que nuestro si sea si y nuestro no sea no, eso es santificar nuestras vidas, ayudar al Espíritu Santo para que el obre.

                                            

                                                   Santidad y Autoridad


La santificación te da una autoridad, que no la tiene nadie, con santificación en tu vida tu tienes un reflejo que lo ve el enemigo. Porque dice la biblia que el anda como león buscando a quien devorar.

Y ¿Cómo anda un león? El no se lanza de una vez, el comienza a rondar, para empezar, aquello debe olerle a carne, porque dice la palabra, que quien se somete a Dios el diablo huye, o sea que cuando el Espíritu Santo de Dios mora en nosotros nos da un olor, olor fragante de real sacerdocio, porque el sacrificio de Jesucristo que hizo en la cruz del calvario, es el olor fragante a Dios, pero nosotros tenemos la potestad de lo que queremos oler, si a nosotros nos da la gana de oler a espíritu o a carne, pero les voy a advertir una cosa, el que huele a carne se lo come el león, el enemigo lo devora.

El anda buscando es carne, presa que le satisfaga, para destruirlo, a veces lo devora tanto que hasta los huesos se los come. Y para levantar esa criatura solo Dios hace el milagro.

Así que ese es el mensaje de Dios, nosotros somos lo que tenemos esa autoridad de vivir en el Espíritu, o de decidir de seguir viviendo en la carne como lo hace todo el mundo, No podemos estar satisfaciendo solo nuestro cuerpos, tenemos que rendirle al Dios altísimo nuestro cuerpo alma y Espíritu, no es por merito, por que yo me lo proponga, pero debemos permitirle al Espíritu Santo, que valla obrando en mi vida, que valla sembrando la semilla de la verdad, y esto es por Fe.


Santidad y Fe


Dice en hechos 15:8-9.
Y Dios que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;
Y ninguna diferencia hay entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.

La fe es la que hace, que el Espíritu Santo empiece a purificar nuestros corazones, es la fe, porque la fe es la certeza de lo que se espera, y la convicción de lo que no se ve.

Yo tengo que sentir la certeza en mi corazón de que algún día, veré a mi Dios, y que voy a estar junto a su trono, y de que voy a rendirle cuentas a él, pero si yo no tengo esa fe, esa certeza, pues como dice pablo: vivamos y comamos,  porque mañana moriremos.

Pero nosotros no estamos llamados a eso, sino que estamos llamados a llevar un mensaje de esperanza a la gente, llevar un mensaje diferente a la humanidad, el mensaje de Jesucristo.

Tenemos que tratar de no oler a carne, porque el enemigo no solo nos ve, sino que el huele, cuando nuestro espíritu esta apagadito, ese olor le llega, y la carne huele podrido, hiede, la carne contamina, y esa es la diferencia.

El fruto es el resultado de una semilla que fue sembrada y que creció y se convirtió en un árbol, y allí sale el fruto. Entonces nosotros tenemos la simiente de Cristo, la semilla que vive en nosotros, es Cristo.

Y estamos llamados a que ese fruto sea espiritual y no quiere decir con eso que nos vamos a aislar de la gente, de la familia, no, no estamos hablando de eso, estamos hablando de ti, de tu relación con Dios, porque no es con tu fuerzas, no es con ejércitos, como dice la palabra, no es con espada, es con la fuerza del Espíritu Santo en mi vida.


Santidad como fruto


Para yo tener esa fuerza necesito comulgar con mi Padre, necesito leer la palabra, porque la fe es por el oír, el oír la palabra de Dios, y es allí donde se va afianzar, ir a la iglesia, buscando también de Dios, allí esta mi responsabilidad, buscando la ayuda.

Dice la palabra que en la multitud de consejeros esta la sabiduría, esta la victoria, pero hay que buscar la sabiduría en quien la tiene, yo no puedo ir a que me aconseje cualquier loco, yo tengo que buscar la sabiduría en aquel que me puede dar sabiduría, y dice que el principio de la sabiduría es el temor de Dios, o sea yo debo ir a la gente que teme a Dios, allí es donde tengo que ir a buscar un consejo, al altar del Señor.

La palabra dice:

Los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.

Y eso es así, si una persona ve todo el tiempo pornografía, en que va a estar pensando, en sexo, porque eso es lo que le esta diciendo su mente, y si esta jugando todo el tiempo con los teléfonos o en internet en la computadora, siempre va a estar pensando en eso, duerme y sueña con eso, es tremendo, la vida misma es tremenda, si nosotros que somos de Cristo nos cuesta a veces permanecer en nuestros pensamientos en el Señor, como será en aquellos que no lo avivan, -yo me hago esa pregunta- porque a veces el trabajo te adsorbe, entonces te quita todo, se te olvida tu esposo, tu esposa, se te olvida tus hijos, y todo es el trabajo y el trabajo, entonces para sacárselo de la mente, cuesta mucho, porque andamos en la carne.

Pero que lindo es cuando nosotros tenemos el pensamiento en el Señor, y por eso es que la palabra de Dios es clara, dice que nosotros tenemos que llevar cautivo nuestros pensamientos, a la presencia de Cristo Jesús Señor nuestro, solamente cuando llevamos cautivos los pensamientos, Dios comienza a obrar en nuestras vidas, pero tenemos que poner de nuestra parte.

Dice la palabra:

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.

 Entonces nos identificamos como hijos de Dios. Tenemos que tener identidad y aprender a decirle las cosas al demonio para que huya, debemos hacer un hábito en nosotros, porque somos luz y sal de la tierra.

Y aunque todavía no veamos los cambios, pero creemos que el cambio esta hecho, porque la simiente de Cristo vive en nuestro corazón, y vive en nuestra familia, porque es promesa de Dios, la promesa de Dios es, Cree en Jehová y será salvo tu y tu casa, el tiempo, él lo sabrá, pero yo tengo que ayudarlos, yo tengo que testificar, y yo le doy gloria a Dios porque mi familia confesó a Cristo como su salvador. 

Porque fiel y justo es quien nos ha dado la palabra, Santo, santo, santo. Nuestro Dios es Santo y nosotros tenemos que ser santos.


El enemigo NO puede tocar a los santos


Hay una promesa en la biblia que esta en I Juan:5:18.

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. Amén.

Y es que no nos puede tocar, es que el que vive en el Espíritu, no puede, porque Dios es santo, y si nosotros buscamos santificar nuestras vidas conforme a esa naturaleza de Dios, el enemigo no nos puede tocar, porque nosotros somos su olor fragante a espíritu de Dios, es difícil pero no imposible, con la ayuda de Dios todo lo podemos lograr, porque todo lo podemos en Cristo Jesús Señor nuestro.

Nosotros si podemos ser diferentes, apartados, santificados, somos pueblo elegidos por Dios, debemos diariamente decirnos que somos hijos del altísimo, Jesucristo en la cruz del calvario nos lavó con su sangre, me redimió, para ser una nueva criatura, el Espíritu Santo vive en mi corazón, yo soy templo vivo y morada del Espíritu Santo de Dios.

Y voy a obrar conforme a su grandeza, a su poder, y empezaremos a hablarles a las montañas, y esas montañas van a tener que moverse, porque tenemos la convicción de que aquel que nos llamó, de la tinieblas a la luz, nos va a fortalecer, y acompañar, es el respaldo que nosotros tenemos, amén.

Así que esforcémonos por oler a espíritu de Dios, esforcémonos por no olor a carne, esforcémonos porque esa carne cada día muera, y viva el Espíritu Santo en nuestras vidas.


Somos hijos del altísimo



El mundo lo que esta necesitando en estos momentos es que nosotros, los miembros del ejercito del Dios altísimo, entendamos con nuestro comandante, Jehová sabaó, comandante en jefe de todo, el ejercito de Dios, es el que va comandando nuestras vidas, él va delante como poderoso guerrero, no tengamos miedo, no tengamos temor, porque si Cristo esta con nosotros, el diablo no nos puede tocar, no puede ni siquiera acercarse, ese es el mensaje, ya esta bueno de nosotros sentirnos debiluchos, nosotros somos mas que vencedores en Cristo Jesús, nadie puede tocarnos sin la autoridad de Dios Padre.

 Pero para eso debemos todos los días donar nuestras vidas  a aquel que nos las dio, donarla, para que ese barro nuevamente sea hecho, sea moldeado, tome forma, declaramos hoy que somos hijos del altísimo que el Espíritu Santo aviva nuestras vidas y nos de vida en abundancia, prosperidad, vida de alegría, vida de alcanzar lo inalcanzable, porque Dios nos hizo a su imagen y semejanza. Amén.



Revisión jorge valera 2015
Tu punto de encuentro
La Familia de Dios

jueves, 1 de enero de 2015

BIENVENIDO AÑO 2015

LA IGLESIA LA FAMILIA DE DIOS LES DA LA BIENVENIDA EN ESTE NUEVO AÑO 2015.

AÑO DE BENDICIONES PARA LAS FAMILIAS QUE NOS VISITAN, AÑO DE LIBERALIDAD, COSECHA Y PROFUNDIDAD ESPIRITUAL. CADA MENSAJE IMPACTARÁ TU VIDA.

¿NECESITAS UNA TRANSFORMACION ESPIRITUAL?
VISITANOS EN LA FAMILIADEDIOSYARACUY Y DEJA TU COMENTARIO...